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lunes, 10 de febrero de 2014

ASE-Soledad, un dilema para opacos

Por José Victoriano Martínez Guzmán
El contexto en el que surjan revelaciones como las que han hecho un grupo de auditores de la Auditoría Superior del Estado (ASE) resulta accesorio cuando la información documentada que proporcionan advierte sobre la existencia de aspectos esenciales de la administración pública, cuyas fallas tienen repercusiones que afectan el interés público.
Las revelaciones que se hicieron el viernes y el domingo sobre las observaciones que en las hojas de trabajo de los auditores de la ASE se han hecho sobre las cuentas de la administración municipal de Soledad de Graciano Sánchez deben ser atendidas en lo esencial, sin distracción sobre lo accesorio.
Llamar la atención, con el afán de descalificar, en la presunción de que las revelaciones tienen como objeto evitar la reelección de Héctor Mayorga Delgado como titular de la ASE, no puede ser más que el intento de que pasen inadvertidos los asuntos verdaderamente importantes: las irregularidades en una administración municipal y el riesgo potencial de su encubrimiento.
Estos, independientemente de la forma en que hayan sido reveladas y los motivos de quienes optaron por filtrar los documentos, son los aspectos que deben ser aclarados a cabalidad, tanto por las autoridades de Soledad de Graciano Sánchez como por el actual titular de la ASE, a quien sus subordinados ponen en entredicho.
No se trata de que a base de calificativos, como afirmar que es información imprecisa, incompleta, incorrecta y de mala fe o que son filtraciones dolosas y perversas, se busque desacreditar información que contiene datos concretos y aparecen en documentos que, en todo caso, tendrían que ser aclarados en ese mismo terreno.
Si la información es imprecisa, se puede hacer la precisión; si es incompleta, se puede completar; si es incorrecta, se puede exhibir la que es correcta; pero hablar de mala fe o de dolo o de perversidad es caer en territorio de prejuicios que poco abonan a que los asuntos públicos involucrados sean resueltos de la manera más beneficiosa para la sociedad.
Además de la pretendida descalificación, se anuncia “una denuncia de carácter penal en contra de quienes resulten responsables de esas acusaciones sin fundamento”, lo que muestra que el ayuntamiento soledense ha optado por lo accesorio, en una reacción que exhibe poca voluntad para aprovechar la coyuntura y transparentar plenamente sus cuentas.
No es nueva, mucho menos coyuntural, la demanda de que se transparente el proceso de fiscalización de las cuentas públicas. Baste recordar que la ASE debió revelar los pliegos de observaciones a la Cuenta Pública Estatal 2009 por orden de un juez federal, tras un litigio de tres años.
San Luis Potosí es de los pocos estados en los que la ASE se niega a hacer públicos sus informes de auditoría. La Auditoría Superior de la Federación y muchas otras estatales, publican vía Internet esos informes el mismo día que los entregan a sus respectivos congresos.
Transparentar esos procedimientos vacunaría a la institución fiscalizadora sobre la sospecha de negociaciones oscuras para limpiar cuentas con auditorías a modo, que es el telón de fondo que –por opacidad de la autoridad, no por sospechosismo popular–, con maniobras hacia lo accesorio,  pretenden eliminar de la agenda pública.
Está plenamente documentada, desde hace más de cinco años, la forma en que Mayorga Delgado ha insistido en mantener oculto su trabajo al frente de la ASE y la existencia de indicios sobre sus maniobras para limpiar las cuentas, no sólo de Soledad de Graciano Sánchez, sino de muchos otros municipios y de las propias autoridades estatales.
Que hoy un grupo de auditores revele el caso Soledad es casi un accidente. Que el caso Soledad ejemplifique lo que se ha convertido en un modus operandi de un auditor a modo es un llamado para que, desde el Congreso del Estado, se tomen las medidas urgentes para que la renovación de la ASE convierta a ese organismo en lo que verdaderamente debe ser.
Una verdadera y transparente fiscalización sobre el uso del erario volvería innecesaria cualquier revelación… y más eficaz y eficiente la administración pública.

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