El socavón de la transparencia
Por José Victoriano Martínez Guzmán
Si con la salida de Alfonso Serment de la Comisión
Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP) termina la
dirigencia más opaca que ha tenido el organismo de transparencia, con el
proceso de elección de su sucesor difícilmente se puede ver la luz al final del
túnel.
El cambio de uno de los tres comisionados que la
integran deja en la CEGAIP a dos terceras partes de los cómplices del
oscurantismo más contradictorio de la institución.
En su recta final, el proceso de renovación parcial
de la CEGAIP lejos de mostrarse abierto, ha incorporado actos bajo la sombra no
sólo de gran parte de los 17 aspirantes, sino también de los dos comisionados vigentes:
Yolanda Camacho y Oscar Alejandro Mendoza.
Así, quienes integrarán la CEGAIP a partir del
próximo mes tendrán algo en común: habrán rendido culto a la opacidad como vía
comprometedora para obtener los apoyos necesarios para llegar al cargo.
Para nadie es un secreto el cabildeo en el que
incurren, aunque todas esas acciones –como el desfile de candidatos por los
despachos de los diputados y hasta en la oficina del secretario de gobierno– se
realicen con sigilo de parte de quienes se pretenden oficiantes de la
transparencia.
El futuro velador de la transparencia será quien esté
más dispuesto a pagar la penitencia de su pecado original, la cuota de
opacidad. Pero en esta ocasión, que también se elegirá presidente del organismo
entre Camacho, Mendoza y quien resulte electo, los dos primeros ya renuevan sus
votos con actos de culto como buenos opacos.
Basta revisar su agenda, que por ley deben publicar
y por decisión propia lo hacen con un mes de retraso, para notar que no
informan sobre ninguno de los encuentros que para promoverse a la presidencia
del organismo han tenido con diversos funcionarios y personalidades de la vida
pública.
Se trata de entrevistas secretas, y otras no tanto,
de las que sólo se sabe a través de testigos circunstanciales cuando, tratándose
del tema que debería ser más público, sus presuntos garantes son los primeros
en despreciarlo porque les estorba para sus fines. A la transparencia sólo la
ven como un disfraz.
Su culto de opacidad lo renuevan permanentemente no
sólo con su tendencia a negar el acceso en sus resoluciones de quejas, sino
siendo ellos mismos quienes regatean o falsean su información a quien la pide. Ejemplos
hay muchos, pero espacio para enumerarlos no.
La solicitud vía Infomex con el folio 00115514 pide
“los documentos en donde consten, se adviertan y se describan las acciones, el
nombre de los trabajos y los hechos que han realizado” Camacho y Mendoza, así
como “copia digital del documento en donde se aprecien los motivos que expresó
Yolanda Camacho para ser Comisionada”.
Por respuesta el solicitante sólo recibió un oficio
firmado por Mendoza en el que, en 12 cuartillas, expone una especie de informe
elaborado a modo de lucimiento, sin remitir ningún documento de los solicitados.
La Ley prohíbe procesar información al interés del solicitante, pero el
comisionado la procesa a su favor.
Ese caso no es la única solicitud ignorada por Camacho.
Una persona ha interpuesto tres solicitudes sin haber logrado aún obtener el
documento original que la comisionada envió al organismo garante del Estado de
México con un artículo para ser publicado como parte del libro “LaTransparencia en México: avances, retos y prospectiva” (pág. 143).
Con cada solicitud se ha avanzado en conocer qué
pasó con el artículo en el que, seis meses antes de ser nombrada comisionada,
Camacho ya se ostentaba como tal: el envío lo hizo ella y en Toluca los
receptores señalan que desde el original aparece como comisionada. El que algo
teme, poco responde.
¿Cuántas cosas son capaces de ocultar los
comisionados para protegerse ellos mismos? ¿Cuántas cosas ayudan a ocultar a
otros funcionarios para “avanzar” en sus cargos? No, la ruta de la CEGAIP no es
un túnel. Es un socavón que la hunde cada vez en mayor opacidad, mientras la
transparencia son chispazos que la ciudadanía gana, a golpe de solicitudes de
información.
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